Las relaciones de pareja son un instrumento
maravilloso al servicio de la vida para aprender a conocernos a nosotros
mismos. ¿Cómo es la relación que tienes contigo mismo? ¿Cómo te valoras?, ¿Cómo te hablas?, obsérvate…
¿Hay rechazo? ¿Hay culpa? Lo que se manifieste en la relación con tu pareja será
un reflejo de la relación que tienes contigo mismo, si tú no te maltratas, no
dejarás que ninguna pareja lo haga, pondrás un límite, y no vas ha permitirlo,
pero si por el contrario tus pensamientos son con un verbo tóxico y negativo,
el día que tu pareja lo haga vas a aceptarlo porque eso mismo haces contigo.
Si eres una persona dependiente y que tiene miedo a la
soledad, vas a atraer a parejas que te abandonen, una y otra vez hasta que
hagas una pausa en tu vida, revises estas repeticiones y situaciones
recurrentes y puedas hacer tu proceso de conocerte en soledad y aprender a
amarte y quererte. Relacionarnos con una pareja sin haber hecho un trabajo
profundo de autoconocimiento, te llevará a crear guerras y batallas desde tus
propios miedos e inseguridades, desde tus heridas no sanadas y en ningún
momento te acercarán a lo que es amar sanamente.
Si no lo has hecho aún y tienes pareja, observa que tipo de relación
tienes y cuál es la que realmente te gustaría tener. Qué precio pagas por tu relación y que
recompensa tienes.
Si hay algo que no te gusta y quisieras que sea distinto en tú relación, empieza por ti, trabaja tú autoconocimiento, en tú amor propio, tú autoestima y descubre que es esa insatisfacción interna que arrastras y que deseas que el otro cubra para sentirte feliz. Descubre que permites y que límites trasgreden tus valores y lo que tú eres, y cuánto de lo que hay en tu relación es auténtico y libre.
Si hay algo que no te gusta y quisieras que sea distinto en tú relación, empieza por ti, trabaja tú autoconocimiento, en tú amor propio, tú autoestima y descubre que es esa insatisfacción interna que arrastras y que deseas que el otro cubra para sentirte feliz. Descubre que permites y que límites trasgreden tus valores y lo que tú eres, y cuánto de lo que hay en tu relación es auténtico y libre.
Proyéctate y enfócate en tí y no en el otro, sin
sobre expectativas, comprendiendo más y pensando menos. Revisa cuánto de lo que existe entre ustedes
es mutuo, parejo y fluye recíprocamente entre los dos por naturaleza y cuanto por obligación.
En la medida en que desarrolles más amor por ti estarás más preparado para
vivir una relación sana, serás la fuente de tu propio amor, necesitarás menos y amarás más.
Susana La Puente
Terapeuta Familiar & CoachPNL
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