¿Hijo mío porque eres así?

El amor que le damos a nuestros hijos desde pequeños en gran parte es una proyección de lo que somos y del amor que nos tenemos a nosotros mismos.  

Queremos que nuestros hijos sean respetuosos pero nosotros no nos respetamos a nosotros mismos.

Queremos que nuestros hijos no sean conflictivos pero nosotros vivimos en conflicto con nosotros mismos.

Queremos que nuestros hijos se amen a si mismos pero nosotros no nos aceptamos a nosotros mismos.

Queremos que nuestros hijos vivan en paz pero nosotros vivimos en confusión con nosotros mismos.

Queremos que nuestros hijos crezcan con autoestima  pero nosotros nos desvalorizamos ante sus ojos cuando nos traicionamos a nosotros mismos.

Queremos que nuestros hijos sean felices pero nosotros vivimos infelices con la vida que construimos.

Queremos que nuestros hijos sean decididos pero nosotros somos cobardes y no tomamos decisiones sobre nosotros mismos.

Queremos hijos seguros pero nosotros vivimos en inseguridad y ansiedad por miedo al futuro.

Es un buen momento para dejar de lado nuestra autosuficiencia y comprometámonos por amor a nosotros mismos a sanarnos y reinventarnos. Educa con el ejemplo y sé coherente para despertar la grandeza de tus hijos e inspirarlos a querer ser mejores que TU.